Gabriela Mistral
Considerada una de las poetas más importantes del s. XX, fue maestra rural y educadora. En 1945 recibió el premio Nobel de Literatura por su trabajo poético.
Su verdadero nombre es Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy y Alcaya, sus primeros escritos aparecen en 1904 en El Coquimbo, Penumbras de La Serena y La Voz de Elqui de Vicuña.
Es en este último es donde se publica su artículo "La instrucción de la mujer" en el que exige que todas las mujeres tengan derecho a la educación.
Durante esta etapa empieza a escribir Desolación y colabora con la revista Elegancias, que dirige Rubén Darío desde París.
En 1914 obtiene el Premio Nacional de Poesía de Chile con Sonetos de la muerte. Poemas escritos a raíz del suicidio de su novio y donde refleja el dolor y la angustia sufridos.
En 1922 se traslada a México para colaborar en los planes de reforma educativos. En este país, en 1923, se publica Lecturas para mujeres, y en Barcelona, la antología Las mejores poesías. En 1938 aparece su libro de poesía Tala publicado en Buenos Aires, dedicado a los niños españoles víctimas de la Guerra Civil. (Biografía)
“Instrúyase a la mujer; que no hay nada en ella que le haga ser colocada en un lugar más bajo que el del hombre. Que lleve una dignidad más al corazón por la vida: la dignidad de la ilustración. Que algo más que la virtud le haga acreedora al respeto, a la admiración, al amor. Tendréis en el bello sexo instruido, menos miserables, menos fanáticas y menos mujeres nulas… Que pueda llegar a valerse por sí sola y deje de ser aquella creatura que agoniza y miseria si el padre, el esposo o el hijo no la amparan. ¡Más porvenir para la mujer, más ayuda! Búsquese todos los medios para que pueda vivir sin mendigar protección” (Gabriela Mistral, “La instrucción de la mujer”)
José Manuel Boyero nos recita "Dame la mano" poema que pertenece a su libro Ternura.
Dame la mano y danzaremos;
dame la mano y me amarás.
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