miércoles, 23 de marzo de 2022

Poesía contra la Guerra: Gabriel Celaya


Continuamos con otro poeta español, Gabriel Celaya, seudónimo de Rafael Múgica Celaya; (Hernani, 1911 - Madrid, 1991). Fue uno de los poetas más representativos de la poesía social de los cincuenta. Cursó el bachillerato en San Sebastián y la carrera de ingeniero industrial en Madrid. En esta última ciudad vivió en la Residencia de Estudiantes; conoció allí a Federico García Lorca y José Moreno Villa, y la experiencia dejó en él un recuerdo imborrable. Sus primeras tentativas como poeta no fueron aceptadas en modo alguno por su familia, razón por la cual eligió escribir con seudónimo. Con este nombre, pues, apareció su primer libro de poemas: Marea del silencio (1935).
El año 1946 fue decisivo en el impulso vital y poético de Celaya. A partir de ese momento desplegó una actividad incesante: es el año en que aparece su ensayo erótico-simbólico Tentativas, y constituyó asimismo el momento a partir del cual dio conferencias, colaboró en la prensa, fundó con su mujer la colección de poesía Norte y tradujo  diferentes obras.
Su producción, adscrita a la corriente de poesía social, es la expresión de experiencias colectivas, cargada siempre de un propósito de denuncia para el cual recurre a un deliberado prosaísmo. 
Gabriel Celaya reclama y practica una poesía de protesta, instrumento de su compromiso político; es, junto con Blas de Otero y Celso Emilio Ferreiro, uno de los poetas más representativos de la poesía social de los cincuenta: Las cartas boca arriba (1951), Lo demás es silencio (1952), Paz y concierto (1953) Cantos iberos (1954), De claro en claro (1956), Las resistencias del diamante (1957) y Episodios nacionales (1962).
Félix Fargallo nos recita varias estrofas de Te escribo desde un puerto...


El alma a toda orquesta,
la pena a todo trapo,
te escribo desde un puerto con un gemido largo.
¡Ay focos encendidos en los muelles sin gente!
¡Ay viento con harapos de música arrastrada,
campanas sumergidas y gargantas de musgo!
Te escribo derrotado.

Te escribo desde un puerto,
desde una costa rota,
desde un país sin dientes, ni párpados, ni llanto.
Te escribo con sus muertos, te escribo por los vivos,
por todos los que aguantan y aún luchan duramente.
Poca alegría queda ya en esta España nuestra. 
Mas, ya ves, esperamos.

                                                     Gabriel Celaya

 

1 comentario:

  1. Gracias, Félix. Es un poema muy apropiado para lo que estamos viviendo

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