César Vallejo, poeta peruano, es una de las grandes figuras de la lírica hispanoamericana del siglo XX. La obra de César Vallejo posee la misma relevancia que la del chileno Pablo Neruda o el mejicano Octavio Paz. Todo en su obra es original y personalísimo, sus versos retienen la impronta de su personalidad torturada y de su exacerbada sensibilidad ante el dolor propio y colectivo, que en sus últimos libros se transmuta en un sentimiento de solidaridad como respuesta a sus profundas inquietudes metafísicas, religiosas y sociales.
En 1918 publicó su primer poemario: Los heraldos negros. Esta obra contiene, además, algún augurio de lo que será una constante en su obra: la solidaridad del poeta con los sufrimientos de los hombres, que se transforma en un grito de rebelión contra la sociedad.
Salva Navarro Silva nos recita "Los heraldos negros".
Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,la resaca de todo lo sufridose empozara en el alma... ¡Yo no sé!Son pocos; pero son... Abren zanjas oscurasen el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;o lo heraldos negros que nos manda la Muerte.Son las caídas hondas de los Cristos del alma,de alguna fe adorable que el Destino blasfema.Esos golpes sangrientos son las crepitacionesde algún pan que en la puerta del horno se nos quema.Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, comocuando por sobre el hombro nos llama una palmada;vuelve los ojos locos, y todo lo vividose empoza, como charco de culpa, en la mirada.Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
César Vallejo
Giuseppe Ungaretti, (Alejandría, 1888 - Milán, 1970). Poeta italiano. Vinculado en sus inicios al hermetismo, su obra, en la que se advierte siempre una tensión existencial y un continuo viaje interior hacia la memoria. Hijo de una familia burguesa emigrada a Egipto por motivos de trabajo, Giuseppe Ungaretti pasó su adolescencia en su ciudad natal, cerca de esos paisajes del desierto que se convertirían en uno de los temas más recurrentes de toda su obra. Se enroló en el ejército para tomar parte en la Primera guerra Mundial. Terminado el conflicto, residió primero en París, donde se casó, y luego en Roma, para trabajar como corresponsal de distintos periódicos.
En su producción poética se pueden distinguir tres etapas, la primera de las cuales está ligada a su experiencia en la guerra. Después de la guerra, la temática de su poesía se volvió más reflexiva y evocadora de la misteriosa y dramática condición del hombre frente a la naturaleza.
Francisco Tena Vázquez nos recita Vigilia.
Una noche enteraacostado al ladode un compañeromasacradocon su bocadesdentadavuelta al pleniluniocon la congestiónde sus manospenetrandoen mi silencioescribícartas llenas de amor.
Jamás me he sentidotan
aferrado a la vida.
Giuseppe Ungaretti
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