miércoles, 8 de marzo de 2023

8 de marzo: Mujeres y Tierra de Mujeres

"Hay una historia que no está en la historia
y que sólo se puede rescatar aguzando el oído
y escuchando los susurros de las mujeres."
                                                            Rosa Montero
Hoy, como todos los 8 de marzo conmemoramos el Día de la Mujer, y os traigo para este día dos propuestas que espero que os gusten.

La primera es un ensayo sobre las mujeres y el medio rural escrito por María Sánchez, Tierra de Mujeres. La segunda es el poema Mujeres de Andrea Valbuena.

María Sánchez es una cordobesa de 34 años,  que además de escritora y poeta, es veterinaria rural.  Hija y nieta de veterinarios, es la primera mujer en su familia en dedicarse a este oficio que tradicionalmente ha sido de hombres. 

En este personalísimo ensayo, la escritora se propone servir de altavoz y dar espacio a todas las mujeres silenciadas en los campos españoles, a todas aquellas que tuvieron que renunciar a una educación y a una independencia para trabajar la tierra con las manos y cuidar de sus familias.
A partir de historias familiares, de reflexiones sobre ciencia y literatura fruto de sus lecturas y de algunos de los conflictos que asolan al medio rural en España (la despoblación y el olvido de los pueblos, la explotación de los recursos naturales, el incumplimiento de políticas ambientales o las condiciones laborales en el campo), Tierra de mujeres viene a llenar un hueco en el debate sobre feminismo y literatura rural.
A esa edad, las mujeres de mi casa eran una especie de fantasmas que vagaban por casa, hacían y deshacían. Eran invisibles. Hermanas de un hijo único, como dijo en una ocasión la escritora portuguesa Agustina Bessa-Luis sobre su infancia. Hermanas de hombres fuertes. Mujeres invisibles a la sombra del hermano. A la sombra y al servicio del hermano, del padre, del marido, de los mismos hijos. Y no puede ser más certero y, a la vez, más doloroso. Porque es ésta la historia de nuestro país y de tantos: mujeres que quedaban a la sombra y sin voz, orbitando alrededor del astro de la casa, que callaban y dejaban hacer; fieles, pacientes, buenas madres, limpiando tumbas, aceras y fachadas, llenándose las manos de cal y legía cada año, sabedoras de remedios, ceremonias y nanas; brujas, maestras, hermanas, hablando bajito entre ellas, convirtiéndose en cobijo y alimento; transformándose con el paso de los años, en una habitación más que no se hace notar, en una arteria inherente a la casa.

Capítulo 1. Una genealogía del campo 

El libro lo podéis encontrar en nuestra Biblioteca Digital Librarium.

Andrea Valbuena
Andrea Valbuena Rodríguez
nació en Barcelona en 1992. Allí, entre libros y rosas, comienza su gusto por la poesía y la literatura. Es Graduada en Estudios Ingleses por la Universidad Complutense de Madrid. Comenzó a escribir poesía como una forma de desnudarse ante la gente y quiso compartir sus primeros poemas creando un blog, aún activo, llamado "Brevedad". En 2018 publica su segundo poemario, Si el silencio tomara la palabra. Junto a Elvira Sastre, ha llevado la poesía a las aulas de todo el país, llegando a actuar en varias ocasiones en Latinoamérica.

Mujeres
En mi casa somos mayoría.
En mi pueblo, en la ciudad,
en el país, en el continente
y en el mundo también.
Hoy la mayoría es una voz
que habla a través del tiempo
por todas las que apagó el silencio.
Nos componen los nombres olvidados
de las mujeres que debemos rescatar.
Aquellas que callaron
y sólo pudieron claudicar.
Las que se atrevieron a ser
y tuvieron que pagar por ello.
Rescatemos a las que se escondieron
detrás de otro nombre
porque escribir las convertía en prostitutas.
- La desnudez libre de la mujer,
siempre prohibida. -
A las que empujaron hacía delante la medicina
y tuvieron que compartir el mérito.
A las que sólo reconocieron
su trabajo porque un hombre quiso hacerlo.
A las que vieron como otros robaban su investigación.
A las que esculpieron con el corazón roto
y su mundo no les creyó.
A las que fueron artistas encarceladas
porque otros las decidieron musas.
A la hermana de la madre de mi abuela
que tuvo la valentía de tener un hijo sola.
A mi abuela, que siendo señorita,
se ponía los pantalones debajo de la falda.
A las que quisieron ser escuchadas,
a las que no cedieron, a las que soñaron
y se cumplieron.
A las que hicieron lo que quisieron,
se vistieron cómo quisieron
y se casaron con quién quisieron.
A las que acusaron, encerraron
y trataron de locas.
A las que acusaron, encerraron
y quemaron por brujas.
A las que alzaron los puños en alto
para defender su derecho
y a las que sólo pudieron desaparecer.
A las que amaron y regalaron su talento.
A las que fueron humilladas,
maltratadas, insultadas,
despreciadas y calladas.
A las que se fueron sin saber
que el tiempo sabría devolverles
el mérito, el poder y la razón.
A las musas que decidieron hacer arte.
Ahora nuestras voces se oyen más alto
porque en cada una
habita la palabra de otras diez.
Por mí y por todas las demás.
Grita,
grita hasta que todos lo oigan.
Grita hasta que la respuesta
sea sincera y para todos la misma.
Mujer,
grita,
siente tu lugar, tu poder, tu libertad y tu vida.

Este poema lo podéis encontrar en la Biblioteca del Centro, en los poemarios del Aula de Poesía Díez-Canedo.

Esperamos que ambas propuestas os gusten. 

FELIZ DÍA!!!

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