Este libro, inicio de una saga llamada “Trilogía de Helsinki”, nos presenta a Siiri, Irma y Anna-Liisa, tres señoras viudas de más de noventa años que viven en un edificio de apartamentos donde reciben los servicios de una empresa. Lo que parece ser una vida apacible y tranquila, pronto resulta ser una complicación tras otra, con riesgo incluso para sus vidas: muere en extrañas condiciones un cocinero, y Siiri comienza a preguntarse cómo; con la ayuda de Irma, deciden averiguar qué ha pasado.
Al mirar la portada del libro, da la sensación de que será un “thriller” suavizado, contado desde el punto de vista de personas muy mayores. Sin embargo, la búsqueda de las razones del crimen inicial, y las fechorías que van surgiendo a lo largo del libro, no son más que una escusa. El libro señala cómo se vive cuando se es mayor y dependes de que una empresa, o el estado, te realice los servicios básicos por los que estás pagando. La crítica a cómo tratamos a los mayores se muestra en cada página, endulzada por el maravilloso carácter de Siiri, la valentía de Irma y el sentido práctico de Anna-Liisa; el buen humor que profesan las tres protagonistas nos ayuda a soportar, como a ellas, el ninguneo, cuando no el maltrato constante que sufren, solo por ser mayores.Con frases sencillas y capítulos agradables de leer, te hace reflexionar sobre la tercera edad, la soledad y ese estado de espera de la muerte en el que suponemos que están las personas mayores.Algunas frases del libro nos muestran el estilo. Por ejemplo, la frase inicial es:“Cada mañana al despertarse Siiri Kettunen descubría que aún no había muerto”Otras más, entre las muchas que se pueden destacar:"Había leído en el periódico que, si se vivía hasta los noventa años, ya no se envejecía más. Era horrible. Eso significaba que las personas que como ella habían vivido más de la cuenta llegaban tarde a la muerte. Primero se morían todos, los amigos y la pareja, y luego ya no se moría nadie”“Cualquiera parecía un enfermo mental después de que le atiborraran con suficiente medicación”.“A veces, en la residencia hablamos sobre cómo ustedes, los médicos, no parecen comprender que la muerte es algo natural”Sin embargo, y en contra de lo que pueda parecer, las tres señoras se toman su situación con gran sentido del humor, y nos invitan a disfrutar de cada momento de la vida.
Esperamos que os guste. Buena lectura!
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